miércoles, 30 de diciembre de 2009

Regalos para todos.



Despido mi agenda, y le doy la bienvenida a las páginas en blanco del 2010. Reviso metas, me detengo a pensar acerca de lo que me propuse y no logré. Hay un montón de tareas, y otro montón de sueños en espera que tendré que arrastrar para acomodarlos en esas cuadrículas con renglones de planes mensuales que vienen en mi otra agenda por estrenar.
¿Qué valdrá la pena llevarnos con nosotros hacia delante cuando saltemos la línea del 31 de diciembre? ¿Qué dejaremos definitivamente atrás? Por lo pronto cargamos con los regalos que estamos recibiendo.
Este año me ha dado por analizar los símbolos que contienen. Tanto en regalos dados como recibidos.
Un amigo cubano acaba de recibir esta navidad un presente de sus ante-pasados: un pasaporte-llave español, que le ayudará a seguir abriendo las puertas del futuro.
Mientras, a un hermano mío en Valencia le llega -junto con la cesta de Navidad-, la noticia del próximo cierre de su empresa.
A alguien que conozco la vida le regala una historia de buen amor (quizás de duración variable, pero eso qué importa)
Un amigo pintor colombiano recibe la encomienda de llenar lienzos con sus sueños, sus visiones tras años de repetidas lecturas de “Cien años de soledad”
Para una niña de la familia, una lámpara-linterna en miniatura, con un clip que se ajusta a la tapa y alumbre el camino del libro que esté leyendo.
Para un –aún- niño grande, un disco con boleros cantados por Omara Portuondo (una abuela cubana con una voz –aún- joven)
Para un joven grande, una billetera-monedero nueva y vacía. A ver con qué la llena, y cómo.
Los mensajes en mis regalos vienen claros: una mochila fuerte que quizás me dure años, un reloj “despertador” (a ver si espabilo, supongo) y algunos billetes de lotería que nunca salieron premiados (que a mí la fortuna nunca me ha entrado a través del azar, sino del amor de los otros)
El más inesperado de todos me lo manda Norberto desde las sombras de los ochentas. Alguien me avisa que allá, en la televisión de Cuba, El Cucumí ha vuelto a despertar.
Pero ese regalo lo abriré en este blog en mi próximo escrito, en el otro año.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

La buena fortuna

Seamos sinceros y realistas. No vale la pena pedir paz, salud, amor y esas cosas bonitas y necesarias, si no hay dinero para conseguirlas.
En la recién desastrosa Cumbre Mundial del Clima, se han peleado por eso, por ver quién va a tener que pagar menos o más, en dependencia de quien ensucia y contamina. La eterna bronca de países ricos contra pobres, y viceversa.
El montaje en la foto que acompaña el presente texto está hecho a propósito. 2009 se va y yo miro mi plantita del dinero que termina el año con esos brotes verdes, ¡ay!, los brotes verdes de los que hablan los políticos españoles con respecto a la (inmóvil) recuperación económica”.
Siendo realista y sincero contaré con la aprobación de todos cuando pida para todos. Voy a pasar directamente del incienso y la mirra: mis amigos, todas las personas que conozco, mis familiares y yo, queremos el oro. Así sin rodeos. Nos hace falta, lo necesitamos urgentemente. Hay que ponerlo en todos los mensajes y dejarnos de hipocresías, deseos fingidos y villancicos ñoños.
Dinero, pasta, euros, dólares, libras, hasta yenes, me da igual que no entienda lo que traen escrito en japonés.
Riqueza para comprar y pagar comida, salud, sexo, abrigos, tranquilidad, palabras, divorcios, viajes, quimeras, deudas, desgracias, mensajes electrónicos, caprichos, carencias, vicios, entrenamientos, noticias, seguridad, sueños inalcanzables, ausencias… Que cada quien escoja de la lista, y pida y pague generosamente.
Como ahora mismo tengo poco o casi nada que dar con motivo de la Navidad; regalo esta (buena) intención que va en la foto y os incluyo a todos en mi petición para el nuevo año. No quiero sonrisitas socarronas, ni miradas condescendientes ante mi (¿aparente?) ingenuidad, que cuando se trata de green money todo el mundo pone la mano abierta palma arriba.
Como muchos de los personajes de este blog, la planta de la foto no es tan joven como parece. La rescaté en pleno verano, reseca y moribunda de la cocina de una casa que van a convertir en un despacho de abogados. Le puse Mariloli, en honor a su difunta exdueña y me dediqué de lleno a su recuperación.
Y lo que he obtenido hasta ahora mismo es eso verdecillo y menudo de la imagen; es lo que hay sobre mi mesa de trabajo, es el símbolo de mis aspiraciones de riqueza abundante y descarada.
La foto me ha quedado chula y a lo mejor da hasta para pensar; para soltar la imaginación y la intuición, a ver por dónde viene el torrente de divisas convertibles en materia práctica, mientras seguimos preguntándonos qué habrá que hacer y/o cambiar para que ocurra la Fortuna, la buena fortuna. Para todos.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Doce reinas y una princesa




Doce reinas y una princesa

En estos días de diciembre los medios nos inundarán de rankings, reconocimientos y estadísticas que premian a los más de los mejores.
Yo me estoy haciendo algunas listas privadas y personales, por razones privadas y personales que no me importa hacer públicas cuando de reconocer y valorar se trata. Escribo el post número trece, que se publica el 13 del mes doce.
Este ran-king me ha salido sólo de chicas, un ran-queens sin orden de prioridades; integrado por una catalana, una china, una madrileña, una canadiense, una cubana, una gallega, una norteamericana, dos británicas, tres andaluzas y una gata, andaluza también, malagueña, de tejado.
Todas han sido reinas de mi corazón de alguna forma u otra en estos meses de 2009. Cada una ha merecido un afecto especial, un sentimiento diferente; estas féminas me han sorprendido, emocionado, conmovido; me han atraído con sus encantos y sus poderes, me he preocupado por ellas, he pensado en como ayudarlas o que me ayuden, he querido enseñarles lo que sé, o (y sobre todo) aprender de ellas. Son trece hembras de respeto y fuerza.
Cada pieza escrita es como un pedazo de las muchas cartas que debo. El resultado son estas trece viñetas.

Elena Martí:
Esa dulce energía.
Femenina, austera. No confundir fragilidad con sensibilidad en esta mujer intuitiva y pragmática, de gusto exquisito sin un ápice de ostentación. Me ha hecho viajar con sus fotos. Trabaja llevando turistas por lugares del mundo. Y a fuerza de currárselo mucho, según cuenta ella, sufriendo trastazos y meteduras de patas, o encontrando soluciones ingeniosas, es hoy una profesional experimentada, capaz de dirigir un safari o una expedición al Tíbet si hace falta; con la garantía de que si es ella quien lo organiza todo saldrá bien. Yo la seguiría. Ha sido huésped en mi casa durante varios días, Elena necesitaba estar cerca de su hermana para atenderla y ayudarla durante su estancia en el hospital. Cuando habla le escucho con atención, porque generalmente sabe lo que dice. Sigue muy interesada en explorar, -también-, los vericuetos de su alma; cuando le queda tiempo; porque la mayor parte de este año Elena ha estado entregando su atención, su tiempo y su alma a los demás.

Hui Fang Shao:
Una Shangó de Shangai.
La (Mi) MMMaestra. Enfatizo la M mayúscula. Este verano, en Nerja, he vuelto a ponerme en sus manos luego de años sin vernos. Ante ella siempre me siento alumno ignorante. Aún la trato de usted. Somos de la misma generación pero ella a mi lado parece una sobrina joven. Bromeo y le pregunto si duerme en la nevera junto con los tomates. Es que no envejece. A las seis y media de la mañana la veo con su cara recién lavada camino de los entrenamientos. Dan ganas de rozarle las mejillas con la punta de los dedos, ese cutis delicado, de seda. Durante el seminario de tai chi desayuné un par de veces con ella, los dos solos en la misma mesa. Conversamos un poco sobre nuestros planes y familias. Mi curiosidad hacia su persona es delicada y discreta. Sé muy poco de su vida privada pese a que me considero su alumno desde hace más de una década. No entro en esos terrenos porque lo que realmente me interesa conocer de Hui Fang son sus enseñanzas, sus técnicas para lograr movimientos limpios y precisos.
Todavía no me ha decepcionado. Quien la ve ejecutar la explicación de una secuencia comprende al instante que algo auténtico está ocurriendo ante sus ojos. Extraordinariamente bella, la observo como nunca antes he mirado a una mujer, estudiando su cuerpo, como de adentro hacia fuera; fijándome en el giro de sus articulaciones, en la flexibilidad de la columna vertebral, en el despliegue de una patada elevando una pierna como una banda elástica, flexible hasta los dedos de los pies Aún la admiro y la sigo como a una Shangó de Shangai, espada en mano, ella delante de mí, guiando, y yo detrás, bebiendo, aprendiendo; agradecido.

Mi amiga T:
La lección.
De ella comencé hablando en este blog, en los primeros posts. De ella he aprendido la serenidad en este tiempo que se recordará como el año de las crisis, la del dinero y los valores, monetarios y de todo tipo. Mi hijo encaja en el perfil exacto del desempleado en vías de desesperación: joven, procedente del sector de la construcción, inmigrante. No cesa de hacer entrevistas de trabajo, pero no lo llaman. Lleva un año en paro. Las ayudas se acaban
Poco a poco va renunciando y abandonando sus pequeños logros personales, venderá el coche, se mudará a vivir conmigo, se traerá sus cosas y su perra y todos los inconvenientes de la convivencia y las molestias, y mi privacidad alterada y las interrupciones en mis rutinas de vida. Habrá que aguantarse y fastidiarse. Eso pensé.
Hasta que he recordado a mi amiga T. la he visto en mi imaginación desmontando y redecorando la habitación que fue de su hija. El corazón se me encogió de vergüenza y me dio un vuelco en el pecho y en las ideas. No hombre no, habría dicho T. que venga mi hijo, y que se traiga su perra, y sus libros, que traiga esos discos de salseros y de negros jazzistas, y la bandera cubana grande que pone en el techo cuando hace fiestas en la casa, que venga mi chico a darme la alegría de poder con-vivir juntos y otra vez por algún tiempo, el que sea, el que necesite para reponerse, para desplegar y despegar.

Margaret Atwood:
A word
after a word
after a word
is power.
Esta mujer me ha hecho disfrutar mucho con su lengua rozando mi oído, me ha hecho gozar literalmente en la cama, durante noches enteras de verano. La he tenido entre mis brazos y alguna vez se quedó dormida sobre mi pecho. Ha sido mi Robber Bride, mi Novia Ladrona.
Me la encontré en la esquina de la calle de las putas, junto a un contenedor de papel para reciclar. Su nombre, ligeramente familiar, aparecía en la portada de un libro abandonado. Rescaté el libro y me lo llevé a casa.
Esa lengua, la inglesa, ha sonado en mis oídos leyendo página tras página durante meses, como si hablara junto a mi almohada, esa mujer me ha hecho recobrar el disfrute de leer en otro idioma que no es el mío. Escribe como habla, me lo imaginaba. Y lo comprobé viendo sus videos en Youtube. Resulta que durante muchas noches me estuve llevando a la cama a una gran dama de las letras canadienses, reconocida hasta la veneración entre los suyos y en muchos lugares del mundo, aquí en España le dieron el premio Príncipe de Asturias de las Letras, hace un par de años, por eso el nombre me sonaba.
La intensidad de su lengua ha mejorado la mía Descubrí que aparece en entrevistas de televisión, dando conferencias, leyendo poemas y hasta tocando un instrumento electrónico y rarísimo, encaramada en un escenario con un grupo de rockeros. Creo que a partir de este año voy a seguir de fan suyo; aunque todavía no le he escrito para decírselo en su idioma.

Yoanis
El nuevo rostro de Cuba.
Otra que se defiende con palabras, las usa, las manda a volar con los tiwiters del espacio, que son como ángeles o diablillos lanzados a toda pastilla en el mundo de los bytes y los wifis.
Ha entrado en ese círculo peligroso de que la inmovilicen o la amordacen. ¿Qué quieren estas mujeres, -me pregunto- Aminatu Haidar, matándonos de vergüenza y de impotencia por algo que tiene que ver con regresar sana y salva a ese pedazo de arena en un desierto que ella identifica como suelo patrio?¿Qué quiere Aung San Suu Kyi que los militares no la dejan salir de su casa?
A casa de Joani voy desde aquí, a visitar a esta hija educada, instruida; que nos ha salido respondona y cuestionadora en el blog Generación Y, al que entro casi todas las mañanas para comprobar si aún sigue ahí, si no la han obligado a que se calle y se marche para siempre.
¿Por qué los grandes machos con poder no las escuchan? ¿Qué piden, qué reclaman, de qué quieren dialogar? ¿Qué quieren que sembremos en las mentes de sus hijos?
¿Por qué se repiten esas hordas de vergüenza que la acosan en los actos espontáneos de repudio popular? ¿Acerca de cuál pueblo piensan ellos, los agresores, que escribe Yoanis en su blog? Yo lo sé. Lo veo. Yoanis Sanchez habla de un país que se termina y visiona algo que se parece al tipo de existencia que tengo yo en una ciudad activa, tranquila y alegre donde la gente no pierde su tiempo discutiendo acerca del alma andaluza o la libertad, porque las posesiones valiosas son incuestionables. Ella desde allá intenta y logra con esfuerzo lo que yo desde aquí puedo hacer con tranquilidad libre: escribir sin miedo y con el corazón.
Encerrada en la isla, Yoanis ya vive en un país que aún no existe. Los demás, poco a poco están empezando a entenderlo.

Luz Casal
Incombustible, luminosa, cantando boleros.
Está en los periódicos de ayer, las señoras de una revista para señoras se me adelantaron y le han dado un premio de los gordos, rodeada de ministras, baronesas y top models; aparece incluida en un grupo que, según la revista, reúne a las mujeres españolas más relevantes del panorama actual.
Sigue teniendo esa belleza misteriosa de una mujer que no se deja amedrentar, ni por el cáncer ni por los desamores. Pone nerviosos a los hombres con la luz de esos ojos negros, y aunque lleva el pelo corto, se ha abierto el escote y se ha soltado el moño grabando un disco de boleros, y bolerongos, algunos clásicos latinos, no ha intentado re orquestarlos o llevarlos a sonoridades contemporáneas. Con esa voz que todavía le obedece, y la singulariza; Luz Casal puede darse el lujo de titular el disco La Pasión.
Es una joya, incluyendo las fotos de portada. Lo escucho mientas escribo. Oigo Alma mía, el antiquísimo bolero de la mejicana María Grever, Historia de un amor, Cenizas... Llamo la atención acerca de la paradójica sonoridad de este disco, un complejo y sofisticado método de grabación hace que el acompañamiento suena a victrola de taberna, de la época en que los boleros eran más jóvenes que ella.

Victoria Casares
Alumna revelación del año.
Está en casi todas las fotos familiares de los últimos años de mi vida en Málaga; casi siempre con sus hermanas, hermanos y sobrinos; que todos son altos, guapísimos y exuberantes. Ella como en segundo plano, discreta y bastante callada. Y rígida, por esas mezclas de artritis y tristezas. Ella está pero no es de las que destaca.
Sin embargo este año mi relación con Victoria pasó de ser de hola y hasta luego. Comencé a enseñarle tai chi, en un grupo, junto a sus hermanas Maruja, Rosa y Maricarmen. (Ver post Recogiendo los cheles de mi arte.)
Y la he descubierto, se me ha revelado como una persona diferente, con más capacidades y más posibilidades de las que muestra. La he visto rejuvenecer semana tras semana, con una constancia que comenzaba a asombrarme. Antes me había advertido de sus problemas de salud y sus limitaciones osteomusculares. Así que no me hice muchas ilusiones con respecto al reto que requiere la continuidad y la complejidad que van alcanzando las secuencias de tai chi. Pensé que abandonaría pronto. Me equivoqué. Victoria no sólo entiende a la perfección lo que le explico, sino que es capaz de seguirme aún y reconociendo sus limitaciones. Los primeros resultados nos han entusiasmado. La he nombrado Alumna Revelación del Año, porque con su caso aprendí; ir a la par de los demás significa que en otras circunstancias, con mejores condiciones físicas se habría puesto en ventaja por delante del grupo
La otra revelación ha sido descubrirle un estricto sentido de la disciplina y la puntualidad y un malagueño y delicioso sentido del humor.

Maria Galiana
Como mi abuela
Abuela emblemática, Maria Galiana, la de ese programa de la historia cotidiana de una España, que aún se ve en Cuéntame como pasó.
A medida en que el actor niño de la serie ha crecido ante las cámaras y ante nuestras miradas, yo he pasado de percibirlo como a un hijo pequeño, hasta llegar a considerarlo un imaginario nieto mayor.
Y casi sin darme cuenta me he hecho nieto de María Galiana, como un día lo fui de Maria Padilla o Rosa Hernández. Aluci-ilusiones que nos da la tele.
La sueño sentada en el patio de la casa en San José, ayudando a mi madre en la cocina, hablándole de mí, diciéndole que estoy bien y que trabajo mucho.

Ann Sittig
Amiga en lo alto de la montaña.
Hace años Ann Sittig me envió la postal de una montaña, el Mount Shasta, en California; que está bastante cerca de donde ella vive. Ann es una antigua compañera de trabajo que ahora imparte clases de Español en una universidad norteamericana.
A la postal le puse un clip y la colgué en mi corcho de pared; porque es muy reconfortante mirar hacia una montaña, aunque sea en fotos, casi siempre desde abajo, dirigiendo la vista a lo alto. Ahí está Ann con una lucecita, avisando: Hola, sigo aquí.
Hay amigos que son como los bolígrafos, te acompañan en la escritura de tu vida, o como las baterías, nos dan ánimos, energías; hay amigos que son como los mecheros, con su llamita calentando, encendiendo, casi siempre infalibles.
Como los mecheros, las baterías o los bolígrafos, los amigos pueden ser desechables o recargables. Ann Sittig tiene esa calidad de producto imperecedero, o sea que va en el segundo grupo, y al igual que el resto de criaturas de las que hablo en las piezas de estos escritos, Ann se encuentra en un turning point de su vida, en el que hay que re-decidir y redireccionar cuál y qué rumbos.
Ann me cuenta que prosigue en su búsqueda de un sentido. Yo estoy de acuerdo. Y como quiero ayudarla, y como me consta que Ann Sittig es una experta en nuestro idioma; le dejo aquí de regalo, para que se las curre mentalmente (y las utilice en la práctica material); algunas de las acepciones que recoge el Diccionario de la Real Academia relacionadas con este vocablo:
sentido, da.(De sentir).
1. adj. Que incluye o expresa un sentimiento.
2. adj. Dicho de una persona: Que se resiente u ofende con facilidad.
3. m. Proceso fisiológico de recepción y reconocimiento de sensaciones y estímulos que se produce a través de la vista, el oído, el olfato, el gusto o el tacto, o la situación de su propio cuerpo. Sentido del equilibrio.
4. m. Entendimiento o razón, en cuanto discierne las cosas.
5. m. Modo particular de entender algo, o juicio que se hace de ello.
6. m. Inteligencia o conocimiento con que se ejecutan algunas cosas. Leer con sentido.
7. m. Razón de ser, finalidad.

*(A tener en cuenta para los próximos rankings) Los amigos, tanto los desechables como los recargables son todos reciclables.

Virginia Kearse:
Counter-clock(wise) woman
I am trying to play with these words for you Virginia.
Wise, man, woman, hombre mujer sabio. En las instrucciones de algunos libros de tai chi se usa la expresión counter clockwise movement, moverse en sentido contrario a las agujas del reloj.
A Virginia le sale de forma natural. Va con su tiempo y a veces creo que hasta por delante. Una parte de mis conversaciones con ella ha sido como explorar nuestros idiomas, como jugar a los asombros mientras se conversa con una británica de Londres, tan interesada en conocer el castellano que lo mismo apunta modismos, versos, titulares de periódicos o frases picantes y burradas andaluzas. Nos hemos intercambiado libros, preocupaciones, e ideas. Ahora me escribe desde la India, donde anda de exploración humana. Y yo la echo de menos esta navidad. Virginia ha sido mi proveedora de inglés, y yo un poco su proveedor de nuevas músicas, su jardinero voluntario y cocinero que siempre espera sorprenderla con algún plato del Caribe.

Susan Boyle
La virgen vino de Escocia.
¿Y qué me dicen de esta virgen escocesa? Junto a su nombre ahora mismo en Google aparece una cifra: dieciocho punto ochocientos. Dieciocho millones ochocientas mil entradas hablan de ella o mencionan a alguien que; hasta hace poco, no tenía la más remota idea de Internet. En ella, con ella, todo ha sido desmesurado; las reservas para la compra de su disco en Amazon desbordan los cálculos, en plena pandemia de Gripe A, su historia se propaga por la red de teclados a pantallas, en un despliegue viral sin precedentes de la ternura ante la belleza otra, la anti-belleza.
Desde el centro de la centrifugadora de la celebridad, esa ex-desempleada de un pueblito aburrido, mira al mundo con la visión entre perdida o estrábica de las personas que nacen con algún daño cerebral. Pero Susan entorna los ojos, abre la garganta y entonces todo cambia.
Durante parte del año su historia, además de fascinarme me dio de comer. Ha sido tema de debate en mis clases de inglés. Hemos utilizado la frase “Don´t judge a book by its cover.” Me ha dado mucho juego en este mundo de estupendos y divinos infalibles.

Cachito Noguera
La diva redescubierta
Si alguien no se le quita a uno del pensamiento, si la salud o la buena conclusión de un asunto es una preocupación oigo decir eso de: Ay, te llevo sobre mi alma y mi corazón. Creo que también querrá decir: no te olvido, no me olvido de ti, te llevo en mi alma, en mi corazón y en un montón de notas garrapateadas en una agenda de trabajo, junto con esbozos, bocetos, trozos de diálogos y descripciones, ideas a medio desarrollar.
Cachito Noguera ha sido un daño colateral cuando, tras la muerte de Norberto se me derrumbó el ánimo para escribir.
Le había prometido crear un personaje sólo para ella, una señora agorafóbica que se siente y se cree invisible, y que en escena se desdoblará en otras cuatro caracterizaciones, durante más de una hora, ella sola, allá arriba con todos sus fantasmas en un escenario que todavía no existe.
Cachito es una actriz aún invisible que va de casting en casting cada vez que la llaman a una edad en que puede estar enseñando a otros talentos jóvenes y en ciernes cómo hay que actuar en los escenarios ficticios y reales de la vida.
En un próximo post colocaré, con su permiso, un enlace de entrada a su blog profesional, para que miréis alguna de las propuestas de su video book, que recoge parte de su trayectoria, y poder entender por qué me comprometí, y me comprometo aquí públicamente, a elevarla al estrellato y porque…
En otra página del mismo periódico de ayer, en el que aparece el premio a Luz Casal, en la página seis, sin recuadros ni subrayados, hay una noticia como disimuladita y apenada. Copio. Lean: “MAS DE LA MITAD DE LOS MAYORES DE 50 AÑOS YA NO TRABAJA” Están en paro o prejubilados. Uno de cada dos trabajadores españoles mayores de 50 años (el 56 %) NO trabaja. La cifra supera lo establecido por la UE. Según un informe, persiste en España una imagen negativa del trabajador mayor que empuja a prejubilarlos.
Los cincuentones no son (no somos) rentables para las empresas, los convenios laborales estipulan que los incentivos los marca la antigüedad (y por ende la experiencia, el conocimiento, la sabiduría, la práctica demostrada, etc.) y no la productividad. El otro problema es que las prejubilaciones las terminan pagando los contribuyentes.
Así que, parodiando a aquel famoso abuelete alemán: Cincuentones de todos los países uníos!. (Y vosotros cuarentones y treintañeros poneos en remojo para cuando os toque la patada por el culo que os volverá invisibles sociales, de seguir a este ritmo tendremos muchos jóvenes pre-jubilados
Cachito Habemus Diva, te lo prometo.

y
Chispa.
Roof-cat billionaire
Slumdog millionaire fue una de las películas que más me gustó en este año. Me pareció una especie de fábula acerca de algunos seres que nacen con buena estrella. It’s written.
Está escrito, recalca el guión al principio y al final de la peli. Habla del destino, la suerte, ese fate shakesperiano que da tanto juego en las historias donde los personajes enfrentan infortunios y contingencias.
Me vais a perdonar que me extienda un poco contando su historia. Pienso que de todas maneras, si alguien ha tenido la paciencia de llegar leyendo hasta aquí, bien valdría la pena saber que la última de esta serie, la princesa en la lista de altezas reales, es la chica de la portada. Viene anunciando la navidad. Debería aparecer en la revista Life, a todo color, así al natural, sin retoques ni fotoshopes Ella no los necesita. Los seres agraciados tienen su destino feliz marcado como un sendero que da mil vueltas entre peligros, caídas y meteduras de pata. Saben salir airosos. Para ellos la fuerza radica en la capacidad de resistir.
Su breve biografía: Es prematura y tenía que haber muerto la noche de su nacimiento. A Candela, su madre, se le adelantó el parto y estuvo horas expulsando gaticos moribundos. Chispa fue la última ya de madrugada, y la única que salió viva. Como hubo que ayudarla a venir, se le provocó una hernia umbilical que le abultaba bajo la tripa. El veterinario aconsejó operarla.
Tenía que llamarse Chispa, porque además de ser hija de la Candela era la primera criatura que nacía en esta casa, traía la chispa de la vida luego de la muerte de la abuela Loli.
El coche personaje de la película de dibujos animados Cars, se llama Rayo McQueen, ya os imaginaréis por qué Gonzalo le puso el apellido; en cuanto abrió los ojos y arrancó a andar Chispa McQueen comenzó a parecerse al personaje de Disney. En primavera descubrió la terraza y las mariposas. Y fue esta primavera, persiguiendo algún bicho que resbaló en el borde del muro y cayó, cuatro pisos, desde el ático a la calle.
Yo venía de dar un paseo con Simbad cuando la encontramos cerca de la puerta del edificio, en el borde de la acera. Fue el perro quien la reconoció. Prefiero no describir como estaba, para no herir sensibilidades.
Sobrevivió las primeras 24 horas y los días siguientes. Estuvo semanas como insensible, en estado de shock, tuvo una fractura de cráneo que le rajó el paladar, con lo que perdió el olfato. No se movía a causa de un esguince en una pata, y porque ahora, además de la hernia del ombligo tenía otra, lateral.
En fin que para operarla, porque había que operarla, teníamos que esperar a ver cómo evolucionaba. Aún era muy pequeña
Mejoró poco a poco, ganó en peso y en tamaño, y creció guapa pero rara. Durante ese tiempo nos enteramos del tipo de operación que habría que hacerle, un tres en uno, hernia de ombligo, hernia lateral y esterilización aconsejada. El precio de la operación no voy a mencionarlo para tampoco herir sensibilidades. El dinero se reunió casi con suscripción popular. Resulta que Chispa tenía su propio club de fans y admiradores y todos quisimos contribuir.
La operación fue un éxito médico y una odisea y un calvario para la gata. Nos la devolvieron semi anestesiada cosida y recosida por dentro y por fuera, con más de 140 puntos entre interiores y exteriores, parece una exageración de risa, pero fue muy serio. A la pobrecilla hubo hasta que ponerle morfina la noche posterior a la operación y mantenerla luego con calmantes y antibióticos.
Esta princesa al igual que mis otras doce reinas, a mí me ha inspirado a seguir en lo que ando; es la imagen de la continuidad, el cambio y la recuperación, ojalá que económica también.
En esa foto de diciembre de 2009 Chispa Mcqueen (Sparkle Mcqueen en la versión inglesa) is back. Es un animal feliz que ha recuperado parte de su infancia y corretea y se estira y huele, la entrada del invierno, olfateando el entorno, el mundo, re- descubriendo el destino por-venir.
Si observáis bien podréis notar esa especie de sonrisilla a lo Mona Lisa que le ha quedado en la foto, tras esquivar una muerte prematura, una caída (mortal) y tres operaciones (de vida o muerte) Es un ser super-sobre viviente. Merece estar donde ha llegado, anunciando la navidad, recordándonos eso, que en muchos seres (especiales o no) la fuerza radica en la capacidad de resistir, de apegarse a la vida, con uñas y dientes.