miércoles, 16 de diciembre de 2009

La buena fortuna

Seamos sinceros y realistas. No vale la pena pedir paz, salud, amor y esas cosas bonitas y necesarias, si no hay dinero para conseguirlas.
En la recién desastrosa Cumbre Mundial del Clima, se han peleado por eso, por ver quién va a tener que pagar menos o más, en dependencia de quien ensucia y contamina. La eterna bronca de países ricos contra pobres, y viceversa.
El montaje en la foto que acompaña el presente texto está hecho a propósito. 2009 se va y yo miro mi plantita del dinero que termina el año con esos brotes verdes, ¡ay!, los brotes verdes de los que hablan los políticos españoles con respecto a la (inmóvil) recuperación económica”.
Siendo realista y sincero contaré con la aprobación de todos cuando pida para todos. Voy a pasar directamente del incienso y la mirra: mis amigos, todas las personas que conozco, mis familiares y yo, queremos el oro. Así sin rodeos. Nos hace falta, lo necesitamos urgentemente. Hay que ponerlo en todos los mensajes y dejarnos de hipocresías, deseos fingidos y villancicos ñoños.
Dinero, pasta, euros, dólares, libras, hasta yenes, me da igual que no entienda lo que traen escrito en japonés.
Riqueza para comprar y pagar comida, salud, sexo, abrigos, tranquilidad, palabras, divorcios, viajes, quimeras, deudas, desgracias, mensajes electrónicos, caprichos, carencias, vicios, entrenamientos, noticias, seguridad, sueños inalcanzables, ausencias… Que cada quien escoja de la lista, y pida y pague generosamente.
Como ahora mismo tengo poco o casi nada que dar con motivo de la Navidad; regalo esta (buena) intención que va en la foto y os incluyo a todos en mi petición para el nuevo año. No quiero sonrisitas socarronas, ni miradas condescendientes ante mi (¿aparente?) ingenuidad, que cuando se trata de green money todo el mundo pone la mano abierta palma arriba.
Como muchos de los personajes de este blog, la planta de la foto no es tan joven como parece. La rescaté en pleno verano, reseca y moribunda de la cocina de una casa que van a convertir en un despacho de abogados. Le puse Mariloli, en honor a su difunta exdueña y me dediqué de lleno a su recuperación.
Y lo que he obtenido hasta ahora mismo es eso verdecillo y menudo de la imagen; es lo que hay sobre mi mesa de trabajo, es el símbolo de mis aspiraciones de riqueza abundante y descarada.
La foto me ha quedado chula y a lo mejor da hasta para pensar; para soltar la imaginación y la intuición, a ver por dónde viene el torrente de divisas convertibles en materia práctica, mientras seguimos preguntándonos qué habrá que hacer y/o cambiar para que ocurra la Fortuna, la buena fortuna. Para todos.

3 comentarios:

  1. la foto es muy bella, asi como la intencion tuya, ricardo, mas observo que es posible que el periodo especial de espana te haya llevado a un extremo, todo material y una dura ausencia de lo espiritual, precisamente en una fecha en que al menos lo espiritual esta presente en el cierre de un ano y en la llegada de uno nuevo, sin embargo es contradictorio que la matica haya progresado y este bien verde, no crees.

    te deseo una feliz navidad y estoy seguro que el ano 2010 sera prospero para ti, tu alumno armando.

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  2. Pues mira Ricardo, yo tengo unos tallos de esa planta, pero la mía está asquerosa, pálida y casi sin hojas, a pesar de que la cuido ¿...?. Otros años, aparte de jugar algo en la lotería que compran en mi lugar de trabajo (por si toca, porque no quiero quedarme fuera, sería para tirarse de los pelos) compraba un décimo a medias con mi hija, más que nada con la idea de darle entero el premio y que pudiera cancelar su hipoteca. Este año, como ella, desgraciadamente ya no está, voy a compartir un décimo contigo y tu chico en paro. Así que, por e-mail te diré el número. Si toca, mucho mejor si es compartido, no?.
    Contestando a tu comentario, Armando, el dinero no dá la felicidad, esto lo sabemos todos, pero TRANQUILIZA LOS NERVIOS. Está claro que sin dinero no se puede vivir, solo se puede mal-vivir, e incluso morir, tal y como está organizada la vida del ser humano. Además, estas fiestas hace ya mucho que perdieron gran parte de su sentido espiritual para convertirse en un "comprar, cocinar, comer, consumir...", una pena, ya lo sé. Menos mal que aún se conserva la ilusión de reunirse con la familia y hacer un análisis-resumen anual, aunque a veces sea duro y doloroso.
    Un abrazo.

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  3. Ya sabes dónde estamos. No creo que sea necesario decirlo. A ver si puedo mandarte un chiste. Soy loli.

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