lunes, 5 de julio de 2010

Holocáustico, apocalíptico.



Ahora mismo, mientras escribo esto, imagino a Fidel (Castro) redactando sus vaticinios sombríos, lo imagino con aquella idéntica mirada de loco desamparado que tenía mi padre unas semanas antes de suicidarse. Hace casi veinticinco años, mi padre se quitó la vida por estas fechas que coincidirán con los augurios de El Comandante en Jefe, me refiero a ese aviso del (según Fidel) inicio de la Tercera Guerra Mundial hacia los días finales del mundial de fútbol. No paran de anunciarlo en las pantallitas de los ordenadores.

Mi papá decía que Fidel Castro Ruz tenía otro nombre y otros dos apellidos: Armando Guerra Solo. Era uno de sus chistes favoritos. Mi padre detestaba a Fidel, le replicaba en voz alta sus discursos de la radio hasta que asustaba a mi mamá que le mandaba a bajar la voz, delante de nosotros, los hijos, que escuchábamos confundidos. Mi padre y Fidel tenían el mismo ceño, una igual manera de juntar las cejas para regañarnos o advertirnos de un pescozón preventivo.

No puedo evitar sentirme hijo de Fidel, hijo de un lugar y una época, aunque siga renegando de mis padres, me distancie del lugar de origen, y me sienta ajeno a ese tiempo de la escasez constante, del miedo y las amenazas…, que nos invaden, que nos invaden, que llegan los tiros y las bombas y tendremos que ir a morir a las tumbas colectivas de los refugios antiaéreos, refugios artesanales “made in Cuba”. Se construyeron para la situación de “Guerra de Todo el Pueblo” Las imágenes dantescas que venían a mi imaginación durante todas aquellas décadas de miedo al imperialismo… aún me ponen los pelos de punta.

La muerte, la muerte, siempre la muerte al final del programa, del proyecto, de la meta. La muerte como única opción posible, como alternativa binaria, desde que comenzamos a tener uso de razón como pueblo en una isla: Independencia o Muerte, Libertad o Muerte, Patria o Muerte, (…-Socialismo o Muerte- Y valga la redundancia, decía también mi padre en otro chiste de los suyos.)

Combatir hasta el último soldado…, hundirnos en el mar antes de renunciar a la gloria que se ha vivido…

O Muerte

Mientras tanto no llegaban (ni llegan) la independencia, ni la libertad, ni el tan ansiado socialismo, ni los marines yanquis repartiendo pescozones; y nosotros nos hemos muerto de sida, de cáncer, de carencias vitamínicas, de dengue hemorrágico, de hastío, de tedio. Otros, como el loco de mi padre, se adelantaron a los acontecimientos y se quitaron de en medio por su cuenta y riesgo.

No puedo evitar unir las dos miradas en un mismo recuerdo, ese brillo frío y asustado de los ojos bajo las mismas cejas pobladas.

Ambos se equivocaron tanto, nos asustaron tanto, nos provocaron tanto miedo, que poco pudimos hacer para ayudarlos a seguir vivos y cuerdos, para que intentaran ser felices, dichosos de tenernos como hijos dispuestos a entender, colaborar y perdonar. Los hombres como ellos mueren en soledad. Reciben el alivio del fin sin que una mano aferre sus dedos con todo el amor de las despedidas. Nos alivian con su partida, es la verdad más abismal, nos aliviamos de que se vayan.

No pude salvar a mi padre de su abismo. No dejó ninguna señal, ni siquiera una nota de despedida.

Hoy leo con conmiseración esas notas de despedida de ese otro padre loco, que me avisa que corra, me refugie y me prepare para la lluvia de misiles. Pero esta vez no. Otra vez no.

No voy a correr y esconderme en los refugios antiaéreos. Aquí afuera es verano. El mar es azul. Las campanas llaman a fiesta, esta vieja ciudad está viva y llena de ruidos insoportables, de martillos renovando calles, de mandarrias tirando muros viejos, de máquinas asfaltadoras, de aviones cargados de turistas, de cornetas futboleras. Nadie quiere morir, al menos por ahora. Nadie se va a morir, menos ahora; que hay tanto que hacer para arreglarnos ese mundo que ellos, mis padres, nos dejan jodido revuelto y sucio.

Y cuando llegue la que tú sabes, que llegará…, porque llegará, a mí que me coja guarachando. No voy a callarme, ni a esconderme.

3 comentarios:

  1. Muy bien escrito, quizás podríamos no compartir alguna ideología de fondo, pero escribes muy bien.
    Saludos

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  2. Al leer tu (estupendo) spot no me podía creer que Fidel Castro fuese tan insensato como para predecir un ataque nuclear en un plazo tan corto que puede desmentirle en un mes. Pero he leído, por Internet, el Granma y me he quedado estupefacto. Habla de la "catastrófica guerra nuclear que en brevísimo tiempo estallará". No dice "podría estallar", sino "estallará". O Fidel se ha vuelto totalmente paranoico (más de lo que ya estaba) o bien se ha vuelto un creyente de la astrología, ya que los astrólogos hablan de una "cruz cósmica" formada por el Sol, Júpiter, Urano, Saturno y Plutón a la que asignan propiedades de "tensión y riesgo de catástrofes y conflictos bélicos" (Revista Más Allá, de Julio) a finales de Julio y principios de Agosto. Saludos: Ramón

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  3. Me ha encantado Ricardo. Sigo leyéndote con frecuencia....espero que sigas mucho tiempo con este blog.

    Hace mucho tiempo que no te veo donde antes solíamos coincidir...a ver si nos vemos un día,tio,y hablamos un buen rato.Un abrazo,hasta luego¡

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