jueves, 10 de febrero de 2011

Visiones-Utopías-Ecos




Mi amada Madrid desaparece bajo la boina de smog que se la traga. La boina baja y se convierte en bufanda que la asfixia en pleno invierno. Está en las fotos de los periódicos de ayer; al mismo nivel de las imágenes que llevan semanas narrándonos lo que ocurre en el Cairo, y junto a las declaraciones de ese muchacho egipcio Wael Ghonim que no quiere ser un héroe. Parte el alma verlo llorar de manera incontrolable, inconsolable frente a la cámara durante una entrevista en un estudio de televisión. Escucharlo contar su sufrimiento produce pena y coraje. Dice que no pertenece a organización o partido alguno, que él y otros jóvenes de su entorno carecen de afanes de poder, de riqueza o protagonismo. Sólo quiere ser libre de verdad, de verdad, y de verdad. Quiere poder hacer, poder participar. Y están pagando un precio muy caro por ese anhelo, en vidas, exponiéndose a que los maten.
Los jóvenes están enfadados, cansados, frustrados; desencantados de nosotros, sus padres y abuelos mubarakes, fideles, zapateros, bushes, militares y ayatolas, y nos ven como lo que somos: dos generaciones antecesoras de inútiles egoístas, hipócritas, violentos, destructores y contaminantes.
Mi amada Madrid, como tantas otras mega-ciudades en el mundo, va camino de esa noche constante y penumbrosa, empapada de llovizna ácida que es el cielo futurista de una película estrenada en 1982: Blade Runner. ¿La recuerdan? Pues casi 30 años después aquellas sombras de ficción son estos humos reales. Ridley Scott nos auguraba un mundo de fantasmas transgénicos y máquinas locas que querían ser humanas y libres, también de verdad.
Pienso en mis amigos, en todas las personas que quiero y viven, trabajan y respiran en Madrid. Y en la terrible prueba que significará para el egoísmo colectivo de hoy en día el acto de generosidad individual de detener un poco los coches, hasta ver si las cosas se aclaran. El periódico de hoy dice que, pese a los llamamientos de las autoridades para utilizar el transporte público, los madrileños siguen sin hacer caso, sordos, ciegos de humo (¿y soberbia egoísta?) en medio de ese aire, que aún, hasta hoy es propiedad y responsabilidad de todos.
Tenemos lo que nos merecemos, pero algunos jóvenes se niegan a cargar con esa herencia hipotecada que pensamos dejarles cuando se queden solos, sin nosotros, en este planeta agónico.
Nuestros nietos tendrían que ser mejores personas para habitar una utopía de bio-ciudades por venir. Mientras hoy en Egipto, los jóvenes dibujan el suyo desde este presente; en ese mismo periódico plagado de imágenes desoladoras, hay una colección de utopías trabajadas en dibujos digitalizados. Un arquitecto también joven, soñador y artista, el belga Vincent Callebou, se atreve a desafiar el pesimismo, el inevitable Apocalipsis y abre ante nuestros ojos ese otro mundo posible, real-maravilloso. Un mundo para mejores personas, en el que yo no viviré; un mundo todo lo opuesto de este presente. Un mundo más frágil basado en la honestidad y la confianza, en la colaboración más que en el individualismo feroz que nos caracteriza.
Mirar estos sueños en colores me enciende una llamita, como de fósforo, en el frío del pecho. Me sirve para entender lo que está pasando ahora mismo. Y me sirve de consuelo. Por eso lo comparto.


Quien quiera asomarse pinche aquí.

The Eco-Utopian Visions of Architect Vincent Callebaut

4 comentarios:

  1. Querido Ricardo, una vez más, me reitero en mi parecer sobre tu calidad como articulista...."MAGNÍFICO"
    Un fuerte abrazo.

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  2. Ricardo, deberías escribir más a menudo.

    Eres Grande!!!

    Un besazo

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  3. Un abrazo. Vivo al lado de las torres estas y la boina de smog me llega al cuello. Besos. Lauro

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  4. Muy sabio comentario éste..están matando al mundo y no sólo con política y represión,no sólo con contaminación..habría que darse un paseo por este México lindo y querido como la antigua ranchera y aterrarse con las ejecuciones masivas,los decapitados o quemados que a diario aparecen en diferentes puntos cardinales de la república violencia doméstica,abusos,secuestros,violación y a la par de tamaña ignominia otros clamando por la virginidad y castidad prematrimonial,o por resucitar la hoz y el martillo creyendo que el totalitarismo y centralismo será la solución..En fin ..el mar...

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