miércoles, 13 de octubre de 2010

Si me comprendieras…, (como dice aquel viejo bolero)




Estudiar magisterio primero y hacer una licenciatura en Pedagogía después, me han dado instrumentos y herramientas para comunicar. En esencia no somos más que eso, comunicadores, transmisores de información. En mi caso proveedor de códigos lingüísticos. Vendedor más bien. Educador creo que ya poco. Entretenedor también bastante, a veces.
Ser maestro novato con veinte años recién cumplidos, y con unas ganas crecientes de contar todo lo interesante y unico que nos estaba ocurriendo en aquella época; me llevó a que comenzara a tomarme en serio la idea nebulosa de que yo “algún día sería escritor”, y que publicaría mis historias, crónicas, cuentos y novelas acerca de los hechos fantásticos que yo deseaba con todo mi corazón ocurrieran en un entorno chato, cerrado y mediocre. Yo estaba en el mundo nuevo de una escuela en el campo, en una isla que en aquel entonces llamaban de la juventud, y yo lo era, eso, joven y curioso, y lleno de expectativas, y de posibilidades.
Las historias las escribí, y hasta las publiqué en su momento, con más que menos fortuna creo yo, tal y como consta en mi currículo y en las fichas personales que piden las editoriales. Que una novela mía fuera comprada por un canal de televisión, me metió de cabeza en el terreno de la adaptación de la historia para una serie de aventuras.
Como otras tanta veces en mi carrera, cuando los del Canal 6 me propusieron que escribiera los guiones, dije que sí…; no tenía ni idea, o más bien un par de ideas vagas y remotas, otro par de ideas distintas y (pensaba yo) que novedosas, y por supuesto, contaba con el atrevimiento que caracteriza a los ignorantes. Pero aprendí, y me gustó, me encantó. Me dejó enganchado. Y desde entonces seguí creyendo ciegamente que con la conjunción de técnica y talento era posible expresarse en cualquier género. Colaboré con cineastas. Me contrataron para la radio. Todo se centraba en lo mismo, en el arte de comunicar, de combinar y transmitir información.
De modo que, cuando un día en Madrid me preguntaron si quería ser instructor de tai chi dije que sí. Ya llevaba algún tiempo como alumno de la impagable profesora Elena Frías, quien me tomó de la mano como a un niño y me puso en aquel camino (y a quien le debo un post en este blog –se lo prometo-); pero no sabía ni la décima parte de lo que con el tiempo supe que tenía que saber. Iba a enfrentarme a otra forma de hacer arte, un arte marcial, el arte del tai chi que se escribe con todo el cuerpo y la mente.
El maestro Xia nos trajo el nombre: “Xin Yi” (Corazón-Mente)
Fui el primero -y creo  que hasta ahora el único cubano- que aprendió ese estilo, y que todavía hoy lo transmite de forma profesional como instructor. Mi número de carné de socio de la Asociación Española de Ti Chi Xin Yi fue la curiosa y simbólica cifra: cero ciento uno; 0101 (Ying Yang Ying Yang) Cien españoles y un cubano. Mira, a uno siempre le alegra ser el primero en algo.
Saber pedagogía, las ganas, y el atrevimiento, me ayudaron a desempeñarme desde el comienzo. Otra vez me vi, como en ocasiones anteriores, en la situación de aprender de prisa para enseñar a otros lo aprendido. Estuve más de una década entrenando un mínimo de dos horas diarias, fines de semanas incluidos. Y echando mano a mis recursos de comunicador y pedagogo, me encontré al cabo de los años frente a todo tipo de personas, de entre las cuales, los grupos más singulares y únicos, el reto más alto, fueron los talleres experimentales con alumnos sordomudos. El tai chi para ellos iba a ser una terapia, y para mí una revelación.
Por eso, si me comprendieras(rais), como dice el viejo bolero, …tan siquiera un poco… se podrá entender mi encanto ante estos artistas todos sordomudos, en el video que acompaña a este post de hoy, que agrego como regalo a mis amigos. Hoy hace un año que comencé Sabiapalabra.

3 comentarios:

  1. Bellisimo Ricardo, y enhorabuena por este primer año de reflexiones compartidas.
    Te mando un abrazo enorme.
    A mi y a mi hija nos ha encantado el video.
    Mil besos

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  2. Qué bueno!!!
    Me gusta leerte, siento paz!!! Un besazo

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  3. Felicidades compadre.Y como decía Confucio (aquel quién según miss Panamá inventó la confusión) "hasta el camino mas largo comienza con un primer paso"Ánimo y adelante. Creo debes escribir una nota sobre nuestro Nóbel de literatura latinoamericano , don mario Vargas LLosa.

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