jueves, 21 de enero de 2010

¿Dónde está mi casa?


E.T., el personaje de Speilberg, lo tenía claro; le bastaba con señalar al cielo para responder a esa pregunta. A los demás, a muchos otros, nos cuesta más trabajo contestar, apuntar con el índice sobre un mapa y decir: aquí.
Mi casa estuvo en un lugar que hoy sólo existe en la memoria. Y aunque pensemos en volver-volver-volver, como dice la canción, nada de lo que encontraremos será igual. No me refiero solamente a quienes viven un exilio prolongado fuera del lugar de nacimiento, sino a quienes se casan para irse de Murcia a Manhattan (¿dónde está mi amiga?); o se divorcian y dividen las habitaciones y los territorios. Incluyo a los que miran los escombros tras un terremoto o un tsunami, a los que huyen de las zonas resecas en las que falta el agua, o sobra debido a las muchas inundaciones.
Los nómadas llevamos las casas a cuestas, en cajas, maletas y mochilas, en álbumes de fotos y en planos y proyectos de la memoria.
Mi hijo lleva la suya dentro de una bandera.
A Randy le gusta la bandera de la isla donde nacimos. Así, sin más connotaciones ni suspicacias, no alberga sentimientos de propiedades, no se da autobombo acerca de sus orígenes, no tiene -que yo sepa-, afanes colonialistas; le gusta esa tela con franjas, triángulo y estrella. Y nada más. Sus conceptos de hogar-familia-pueblo, su idea de “yo soy de ahí” caben en menos de un metro cuadrado de poliéster.
Esa bandera le acompaña, la he visto en la pared de cada habitación que le ha servido de dormitorio, la ha colgado en balcones, la ha llevado a conciertos de música en la playa, y (como en la foto de junio pasado) la sube al techo de la casa en la que esté viviendo el día de su cumpleaños, como para avisar a los amigos, para señalar dónde será la fiesta.


4 comentarios:

  1. Maria Jose Puerta (Yaiza)26 de enero de 2010, 20:28

    Al final de cuentas, lo que cuenta es que la casa esta donde este el corazón. El corazon de los que dejaste atras se mudan al tuyo y viven en paz con el recuerdo de los buenos momentos.

    Desde la Gran Manzana, una Murciana en NY.
    (Dónde esta mi amigo?)
    Os llevo en mi corazon.

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  2. Me encanta la bandera cubana. Es una belleza. Y tengo que reconocer que la actual de mi país no me gusta mucho y el himno (chunda ta chunda) mucho menos. Con una franja morada y el himno republicano me gusta más. Pero es lo que hay.

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  3. La casa? la hacemos nosotros. Llenamos con amor y toda clase de vivencias un espacio hueco limitado por ladrillos y tejas, o lona, o uralita, o paja, o lo que sea. Si cambiamos de sitio, volvemos a rellenar con lo que nos llevamos de otra parte, con la esencia de nuestro vivir, con la experiencia, y así sucesivamente. A veces, la avaricia de unos puede echarnos de esos límites físicos y nos obliga a levantar el campo, como puede que me ocurra a mí en breve, si mi abogado no encuentra el medio de evitar que "me echen" de la que ha sido durante 39 años "mi casa material". Veremos qué pasa. Un abrazo. Teresa Giménez.

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