sábado, 24 de abril de 2010

A merced de las palomas en la plaza.




(Escultura en bronce de Pablo Picasso en la Plaza de la Merced. Málaga)

Querida Tere:
Yo dejé de comerme el coco desde que supe que el Ricardortega Memorial Center no va a existir nunca, además, ¿pa qué? ¿Te imaginas? Un caserón viejo, seguro que restaurado como museo, patrocinado por alguna fundación que acumula papeles amarillentos y fotos que salen de las cajas de tu ropero al archivo de ese edificio, y allí te analizan, y te escrutinan, te vuelven al derecho y al revés, escriben sobre lo que escribiste, opinan sobre lo que dijiste o dejaste de decir, escarban en tus leyendas familiares, en tus traumas, en tus mitos, y tus fantasmas. Y luego publican tratados y estudios, convocan conferencias que paga alguna universidad para que un experto hable sobre ti, en una charla didáctica, con diapositivas incluidas, y coche para mover al experto, y hotel caro y avión con asiento en primera clase para que además esos expertos en ti vayan por otras tierras vendiendo tu memoria y el ejemplo imperecedero de tu obra, que de nuevo será discutida y magnificada en simposios y coloquios internacionales. Se harán rutas turísticas sobre tu vida y obra, y el producto de tu trabajo se incluirá, sin discusión, en los planes de estudios escolares, desde la primaria hasta los doctorados académicos.
Tus herederos y amigos cercanos se convertirán en vacas sagradas por el sólo hecho de haber respirado el mismo aire que tú mientras vivías cerca de ellos. Tus allegados también serán invitados a los homenajes en tu honor, y darán el visto bueno para la aprobación de una película o una serie de la televisión nacional en la que se destaca el aporte de tu creación a la obra patria; o dejarán bien claro dónde situar tu monumento dado el caso en que decidan inmortalizarte en bronce y dejarte en algún parque o plaza a merced del smog y de las cagadas de palomas.
¿A que suena genial? Pero sobre todo; ¿a que suena conocido, familiar…?

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