lunes, 19 de octubre de 2009

Meditar bajo el puente



Si hacemos caso a las instrucciones de los manuales de meditación, necesitaríamos al menos tres vidas para poder dedicarles todas las horas que dicen requerir. “Practique esta técnica al menos cuatro veces al día, durante una hora”, por ejemplo, “y luego pase al siguiente ejercicio.”
Los que escriben estas instrucciones ¿dónde viven?, ¿de qué viven?, ¿cómo administran su tiempo de vivir? Ellos están en otra onda, claro; allá en sus monasterios Shaolin. No manejan un lenguaje referido a “pon una lavadora”, “vete a hacer la compra”, “llama al fontanero”, “rellena un documento y envíalo por correo”, “recoge los niños”, “baja la basura”
“Limpie su mente de preocupaciones y concéntrese en el tan tien ese punto interior bajo el ombligo.” Sigo las instrucciones; (lo de apretar el culo y sonreír ya lo expliqué en otra entrada de este blog.)
Se puede meditar de varias formas. Según las instrucciones se medita de pie, o sentado en una silla, o sobre un cojín, o sobre los talones, o con las piernas cruzadas, o tumbado de espaldas, o cabeza abajo y patas arriba como los fakires, o incluso caminando.
Me quedo con la última opción y saco al perro a dar su paseo. Qué remedio, habrá que meditar mientras se anda.
“Escoja un lugar agradable, con buenas vibraciones para practicar las técnicas recomendadas.”
El lugar agradable y con buenas vibraciones al que me dirijo, es el cauce del río Guadalmedina. Es lo mejorcito que me queda más a mano.
Lo de agradable es discutible (ver foto) Pero sí es verdad que tiene buenas vibraciones. Pese a las construcciones y reconstrucciones que le han hecho; pese a las basuras que le arrojan cada día; lo que hay bajo mis pies es la tierra por sobre la que han corrido millones de gotas de agua durante miles de años consecutivos.
Luego viene lo más difícil: le referido a “limpie su mente de preocupaciones y etc, etc…
Es que mi mente es tan cabrona e indisciplinada.
Ese ojo interior que se supone tenemos en el entrecejo, se pone a mirar hacia dentro los recuerdos de la película que vi dos noches atrás, Ágora, la de Amenábar. A Norbe le habría encantado. Sobre todo a mí me habría encantado poder seguir intercambiándonos correos, hablando de las películas que nos gustaban y porqué. Ágora sería una de ellas.
Entonces, como ahora, los comentarios habrían ido mezclados y/o relacionados con el acontecer circundante.
Me propongo meditar mientras mi otro cerebro indisciplinado le escribe cartas a un espíritu.
Norbe:
Te cuento lo que vi, cómo lo , una película que bien podría haber sido filmada por un director norteamericano, con ese tempo del cine europeo Habrá quienes vean una peli de romanos y aventuras; desde las imágenes iniciales las cosas explotan y revientan, los hombres pelean y la tensión sube. Y sube también cuando parece una película filosófica y los hombres discuten sus ideas y comparan sus dioses.
En medio de todos ellos una mujer atea, astrónoma, matemática y filósofa, soltera, guapa y con la cara lavada: Hypatia, que fue tan real y viva como lo está ahora mismo Yoanis en La Habana.
Ayer por la mañana el aviso de su vídeo estaba entre los mensajes de mi correo. La vi como la vi, dándole una tángana descomunal, educada, correcta y fina, como es ella, cantándole las cuarentas a esa otra pobre señora vestida de empleada militar, quien sólo atina a repetir, obstinada y obtusa: “No está autorizada a viajar” “No se le autoriza a viajar” “No tiene autorización para viajar”
Hypatia, Yoanis y yo, cada uno buscando su alma. Yo que no puedo meditar porque en mi cabeza rondan pensamientos “parásitos y ociosos que afectan la concentración” (según el manual) La hija de mi amiga T. falleció la tarde en que precisamente yo iniciaba este blog hablando de ella. La noticia me llegó junto con el correo con el vídeo-denuncia o vídeo-testimonio de Yoanis. Mi hijo sigue en el paro desde hace meses y meses; me comenta que a lo mejor tendrá que venirse a vivir conmigo. Luis Manuel García anuncia la inminente pérdida de la revista Encuentro de la Cultura Cubana, el efecto dominó hará caer el diario onlineCubaencuentro.com” Más seres talentosos y laboriosos a las listas del INEM. Hay quienes se frotan las manos y aplauden con risitas, qué se joda. Y hasta se lo escriben en su blog, que se joda la cultura, la cubana también, y los culturosos, y los intelectualillos subvencionados.
Mi cuerpo, que es más disciplinado que mi mente, sigue ocupándose de bombear aire hacia los pulmones. La respiración llega a ser estable, tranquila y profunda, ajena al torbellino de esos pensamientos arriba, en la azotea de mi mente.
Por un instante comienzo a experimentar la sensación de que la fuerza de esos imanes en las plantas de mis pies, sube hasta los tobillos, las rodillas, el sacro. Casi voy a empezar a disfrutar, al fin, esa ligereza en los hombros, ese enraizamiento de las piernas.
El hocico húmedo de Simbad, mi perro, me roza la mano derecha. Lo miro de reojo, y él igual a mí. Conozco esa mirada de: "o seguimos el paseo, o me llevas a casa..."


2 comentarios:

  1. Compadre , menos mal que no mencionaste la crisis... Por otro lado, vi la película y aún no se si me gustó o no, porque me dejó descolocado.( ya tengo desde hace años mis dudas y antipatías a las gerarquias eclesiásticas, y sobre todo a los doctores de la madre iglesia cristiana , comenzando por Pablo de tarso)A Hipatya de Alejandría la admiro profundamente como científica y mujer, aunque en este último apartado, no le aplaudo su virginidad eterna, le confiero el grado de generala de la ciencia y la valentia.(pero un buen polvo si que le hizo falta, estoy seguro)Un abrazo y espero seguir leyendo a diario lo que escribes.

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  2. Ehhhh!!! mañana veré la pelí que aún no lo he conseguido, y comento mi impresión. Me enternece saber que Norber va contigo, y que tienes su ser, yo le recuerdo tanto. Es increíble, me sorprendo diciendo esto, pero es tan cierto, me hizo tanto bien, nunca te agradeceré bastante la generosidad tuya al dejar que pudiera conocerle.

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