jueves, 11 de febrero de 2010

No es lo mismo en las ingles que en inglés.

El corrector ortográfico de mi ordenador no distingue la diferencia entre ambas palabras; con lo cual tengo que acentuar una o des-acentuar la otra, en dependencia de lo que quiera decir.
Lo mismo ocurre con rigideces y continuantes, mi diccionario online en la Web de la Real no las reconoce. No existen.
Sin embargo están ahí, en mi realidad que escribo.
Hay un grupo de novatos, que empezaron esta tarde con la clase cero, esa clase toda llena de asombros, y de las rigideces del primer día.
Y hay otro grupo al que llamo, los continuantes. Siento mucho que los ilustres sabios académicos no la recojan ni reconozcan; pero a mis alumnos de tai chi de El Perchel evito llamarles los viejos del año pasado.
De manera que con los continuantes ya este curso me tocará hablar del trabajo con la energía interna asociado a la práctica del movimiento externo. Tendremos que empezar intentando conectar todas esas secuencias de respiraciones que estuvimos repitiendo hasta memorizarlas en meses anteriores, y cuando les diga conectar, me refiero a la energía que mueve esa respiración; hay que aprender a enchufarla, y aquí me llega el delicado asunto que debo explicarles. Con este nuevo año, los continuantes llevan tres cursos conmigo, son los aventajados, ya pueden seguirme en una secuencia de casi cuarenta movimientos. Va siendo hora; pienso comentarles acerca del asunto, el trabajo con la energía en la cintura, en el área del ombligo, y un poco más abajo, en el pubis, y un poco más abajo y hacia adentro y hacia atrás, y por detrás, entra las piernas, subiendo hacia el interior de abajo hacia arriba, por las nalgas y ascendiendo hacia el cóccix, energía, y calor, en todas esas partes. Hay que sentirla, y moverla. Trabajar para llevarla a las puntas de los dedos, a las plantas de los pies, al centro de la coronilla, al sexo, incluso al sexo.
A ver cómo le explico yo a esas damas y a esos caballeros de El Perchel este asunto, con estas palabras, que bien leídas y mal interpretadas pueden dar pie a miles, diversos, variados e innumerables comentarios, sobre todo cuando los continuantes comenten el contenido de mis explicaciones con los novatos asombrados.

*La postal de esta entrada (Orante) es obra de Ariel Miranda, que ilumina esas maravillas con la energía de los fractales matemáticos.

1 comentario:

  1. Y seguimos con el arte del tai chi. Recuerdo que cuando enseñaba, alguna vez alguien comentó "pues yo noto la energía en ESAS PARTES y da un gustillo..." con la consiguiente carcajada del resto del respetable. Bromas aparte, notar la circulación de la energía es una experiencia espectacular que nadie debería perderse. La mía? muy bien, gracias. En un estado estupendo, in crescendo, y, viva, muy viva. Te mando pues, un montón de energía positiva para que la uses como gustes.
    Teresa Giménez.

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